jueves, 15 de diciembre de 2011

Pudimos ser dos y nos quedamos en uno.

Y dime, ¿quién te ha dicho a ti, que, que lleve una sonrisa en la cara significa que ella es feliz? ¿Por qué das por supuesto que no le pasa nada? Corre, acércate a ella y pregúntale, no te quedes con el sí o con el no sin antes haberlo escuchado de sus labios. Pero ve, ¿ por qué no paras de mirarla y de hacerte ilusiones sin intentarlo? Vamos, anímate, puede que experimentes cosas que nunca hubieses experimentado. Por otro lado, ella está igual, mirándole, pensando ¿ Estará en la misma situación que yo? ¿ Me acerco y le hablo? Pero, por otra parte, niega la idea de acercarse y preguntarle. Él, esta apunto de hacerlo, de acercarse, sabe que es el momento, pero la vergüenza le impide hacerlo, y al final qué, ¿ qué pasa? NADA. Y todo ¿ por qué? Por esa palabra, la que nos cuesta a todos, ''vergüenza''. ¿Por qué hay algo que impide que estemos cuerpo con cuerpo?

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