domingo, 1 de noviembre de 2015

Tú, pequeña gran revolución

Y es justo en ese momento cuando la vida te cambia, ya sea por una o varias personas, por un momento, un segundo, instante ... pero te cambia. Un segundo estás vivo y al siguiente no sabes cómo ni con quién estarás. Sucede entonces, que la vida te da un vuelco, aunque cuando es avariciosa te da uno detrás de otro. Rachas, se llaman rachas. Las hay tanto buenas como malas. Preferimos las buenas, pero si no hubiese malas no sabríamos apreciar las otras. Hay días que te hacen ver las cosas desde otro punto de vista, en los que decides qué hacer y qué no hacer, cómo es vivir y cómo no es. Y yo decidí beberme los segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y años a sorbos. Despacio y con buena letra, como suelen decir. Decidí disfrutar el aquí y ahora, el contigo y el sin ti, los días acompañados y otros que no tanto. Decidí pensar en el futuro cercano pero con calma para vivir el presente, con propósitos y metas que cumplir, y todos ellos contigo. Decidí disfrutar del día más soleado al día más triste, porque el tiempo pasa y todo se va apagando poco a poco. Porque hace unas semanas, alguien me enseñó a ver la vida de otra manera, me enseñó a que hay que aprovechar cada pequeño momento, sea el que sea, porque de todo se sale y porque los malos momentos de ahora serán recuerdos en un futuro, recuerdos que contarás y de los que te reirás con cierta tristeza de lo que fue. Gracias Pablo, por darnos una lección de vida y enseñarnos a vivir de otra manera, por hacernos dar cuenta de lo que es este largo camino lleno de altibajos, por enseñarnos el ejemplo de superación y ganas de todo. Porque TÚ eres vida, eres esperanza, eres alegría, fuiste un mal momento que se convirtió en recuerdos que contaremos, eres un ejemplo a seguir, eres una manera de saber vivir, eres río que nace, lluvia que cae, el sol de después y el arco iris que te hace olvidar la lluvia de antes. Eras, eres y serás una pequeña gran revolución.